domingo, 14 de noviembre de 2010 | By: [AJ]satoshi - Sra. Kim-Heo

Agentes Físicos y Biológicos que dañan a los documentos en el Archivo Nacional

Lugares como Archivo que actúan como depósitos para documentos tan frágiles en estructura y tan importantes en contenido, deben de seguir ciertas reglas básicas para protegerlas.

Para poder comprender estas reglas, creemos necesario explicar primero de que debemos proteger a los documentos, que serían en su mayoría agentes biológicos y físicos.

Los agentes físicos son aquellos fenómenos naturales inorgánicos que afectan a los cuerpos vivos y no vivos, en este caso, los más destacados serían la temperatura y la humedad.

Cuando nos referimos a la temperatura podríamos decir que el efecto de este sobre los documentos no es de gran importancia siempre y cuando se encuentren dentro del rango de 16°C a 21°C. En caso de que la temperatura fuera mayor menor o fluctuante el daño que pueden sufrir los documentos son muchas veces irreparables.

Durante los meses calidos a fríos la temperatura media del lugar el de 21°C, la cual se encuentra al límite de la temperatura debida y en algunos casos hasta lo supera. Con esta información podemos deducir que la temperatura en los meses de calor supera ampliamente el nivel permitido.

El calor es muy peligroso para los documentos por que aporta la energía necesaria para que los componentes químicos volátiles lo absorban para poder cambiar y por ello conseguir la estabilidad. Esta energía dentro del cuerpo del documento hace que este se deteriore con mayor rapidez.

Para evitar este tipo de sucesos los encargados de los archivos del mundo buscan mantener las salas de depósito a temperaturas bajas, siempre controladas para que la temperatura no sea excesivamente fría para que los documentos no se dañen. Esto sucede por que las partículas de los soportes de los documentos al ser expuestos a temperaturas bajas van perdiendo energía, y como sabemos al suceder esto los enlaces entre un átomo y otro se vuelven más rígidos, endureciendo al objeto. En el caso de los documentos, cuando esto ocurre pierden su flexibilidad y se vuelven quebradizos.

Otro agente físico que afecta a los documentos es la humedad. Como sabemos nuestro país es de clima generalmente húmedo, es por ello que los documentos deben ser aislados de manera permanente en cámaras cerradas donde la temperatura, la humedad y la luz sean controladas de manera continua y metódica para mantener los documentos en óptimas condiciones. Además dentro de estas cámaras el nivel de oxigeno se debe mantener al mínimo con el propósito de disminuir las posibilidades de que broten microorganismos y hongos pero que al mismo tiempo permita que personas puedan trabajar allí cómodamente.

Los niveles de humedad permitidos varían dependiendo del tipo de documento, si fueran documentos impresos el nivel se encontraría entre los 45% y 55% mientras que si fueran documentos escritos en papiros, pergaminos o piel el nivel sería de entre 50% a 70%.

Se ha comprobado científicamente que la relación entre los agentes físicos y biológicos es directamente proporcional entre sí, ya que mientras más altos sean los niveles de temperatura y humedad relativa, más posibilidades hay de que aparezcan microorganismos entre los documentos.

Estos microorganismos y otros agentes biológicos causan aún más daños en los documentos que los agentes físicos. Estos pueden ser hongos, insectos roedores y bacterias. En esta investigación nos referiremos específicamente a los hongos, bacterias e insectos.

Para todos estos casos se necesitan especialistas capacitados trabajando de manera permanente dentro del archivo. Es aconsejable que estos especialistas sean microbiólogos ya que estos son capaces de reconocer al agente ofensivo y sabrán la mejor manera de actuar en caso de eliminación o prevención y cuidado de los documentos para impedir brotes.

En el caso de que hubiese una infección a causa de hongos las piezas afectadas deben ser aisladas del resto. Para manejarlo el personal debe de utilizar un equipo especial, el cual debe contar con por lo menos guantes de látex y tapabocas para que el funcionario no entre en contacto directo con la agente invasor. Es preferible que el equipo también cuente con pinzas metálicas, debidamente esterilizadas, para prevenir aún más el contacto.

Este tipo de infestación es la más común dentro del Archivo Nacional de Asunción debido a los agentes físicos previamente mencionados, además de otros agentes como el mobiliario de madera o la ventilación precoz del lugar.

Básicamente el depósito del Archivo Nacional de Asunción cuenta con amplios muebles de madera que recubren las cuatro paredes de la sala rectangular.

Se ha comprobado que la madera no es apropiada como recipiente para los documentos por su capacidad de absorber y retener la humedad, la cual de por sí es un factor negativo para los documentos y que también habilita a la aparición de hongos, bacterias e insectos xilófagos, los cuales se alimentan de madera, al superar el 70%.

La ventilación del lugar, al ser precaria hace que el aire del lugar no circule como debido, lo que a su vez hace que este aire con el tiempo se vaya contaminando no solo con el dióxido de carbono (CO2) del personal que trabaja y respira dentro del lugar, sino también de polvo que se va acumulando entre los documentos y restos de documentos que se van desintegrando y deteriorando. Es por ello que el aire, y en especial el oxígeno del lugar debe ser renovado constantemente.

Lo ideal es que los depósitos donde se encuentran los documentos tengan un sistema de ventilación constante por medio de ductos que renueven y purifiquen el aire de manera constante además de estar conectado a un sistema de regulación de temperatura y humedad que los mantenga siempre dentro del rango.

En el caso del Archivo Nacional de Asunción los funcionarios deben abrir las ventanas de la sala de depósito, las cuales dan a la calle, para ventilarlo. Este acto es de gran perjuicio para los documentos por varios motivos. Causa una fluctuación tanto en la temperatura como en la humedad, lo cual daña al soporte de los documentos. También permite el ingreso de una cantidad inmensurable de rayos UV provenientes del sol. Estos afectan a los documentos de manera que van absorbiendo el color de la tinta. Su efecto es acumulativo, por ello los archivos deben ser mantenidos en penumbras para extender el efecto de este.

Un estudio realizado por biólogos en el año 2007 indica la presencia de los siguientes hongos y bacterias en el depósito del Archivo Nacional de Asunción.

  • Cocos y Bacilos. Gram positiva. Presentes en las placas de Agar Sabouro y Agar nutritivo.
  • Cocos y Bacilos. Gram negativa. Presente en las placas de Agar Sabouro y Agar Nutritivo.
  • Hongo Curvularia. Presente en las placas de Agar Sabouro y Agar Nutritivo.
  • Hongo Rhizopus. Presente en las placas de Agar Sabouro y Agar Nutritivo.
  • Hongo Polluspora. Presente en las placas de Agar Sabouro y Agar Nutritivo.
  • Hongo Aspergillus. Presente en las placas de Agar Sabouro, petrifilm y Agar Nutritivo.
  • Hongo Penicillium. Presente en las placas de Agar Sabouro, petrifilm y Agar Nutritivo.
  • Hongo Exsherohilum. Presente en las placas de Agar Sabouro, petrifilm y Agar nutritiva.

La presencia de estos hongos indica que el ambiente se encuentra contaminado en cierto grado. En el estudio se pudo demostrar el nivel de abandono de la sala de depósito así como el de los documentos ya que las medidas de prevención que han tomado los funcionarios son muy poco efectivas. Además permiten las fluctuaciones de temperatura, humedad y presión, las cuales habilitan a los microorganismos a crecer y desarrollarse.

Hongos oportunistas como el Aspergillus y el Rhizopus suelen causar infecciones subcutáneas y diseminadas en los seres humanos. Estas pueden aguantar temperaturas hasta cuarenta grados Celsius y generalmente se reprochen a treinta y siete grados Celsius.

Hongos del tipo Alternaria, Curvularia también suelen producir infecciones a nivel cutáneo, subcutáneo y sistemático cuando el individuo entra en contacto con estos.

Es por riesgos como estos que las personas que entran a esta zona o en contacto con los documentos fuera de la zona de almacenamientos deben tomar las medidas de protección necesarias, como serían usar guantes de latex y tapabocas a manejar los documentos, tal vez en lo posible manejarlo con una pinza y en caso de que alguna porción del cuerpo entre en contacto con los documentos, lavarlo con agua y jabón.

La infestación por insectos en una de las más comunes en lugares como bibliotecas y archivos y al igual que en el caso de los roedores, las piezas infestadas, y las que le rodean deben de ser aisladas del resto y tratadas por especialistas.

La causa por la que la infestación de insectos es una de las más recurrentes es por el hecho que la mayoría de los insectos son atraídos por el pegamento en los libros, el almidón y la celulosa de los distintos tipos de papeles, y en algunos casos el pergamino y el cuero.

El insecto predominante en el Archivo Nacional de Asunción es la termita de madera, la cual se alimenta de la madera de los muebles y no de los documentos, pero aún así los afecta. Estas se alimentan de la celulosa de la madera y la digieren con ayuda de unos microorganismos que viven en simbiosis dentro de su tracto digestivo.

Su excremento libera químicos que degradan los documentos a largo plazo.

Con el fin de alejar a estos invasores los trabajadores del Archivo han utilizado en e pasado ciertos químicos extremadamente tóxicos, los cuales pueden causar grandes consecuencias al ser inhalados o por el contacto con la piel. El químico más utilizado fue el pentafenol o DDP, mejor conocido como neocid.

La manera básica de prevenir infestaciones en las bibliotecas y los archivos es controlando todas las rutas de entradas, que pueden ser puertas, ventanas, tuberías, grietas en las paredes. Todos estos deben de estar firmemente sellados para mantener a los roedores e insectos fuera.

También es importante llevar un seguimiento constante y preciso del clima del ambiente, temperatura, humedad, presión, luz, las cuales deben de encontrarse dentro de las regulaciones necesarias para el cuidado favorable de los documentos.

Los baños, las cocinas y las tuberías deberán ser controlados rutinariamente en estos edificios, además de los teatros y sótanos.


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